Por: Emelly Castro Carvajal Líder de mercadeo Fundación Evolutiva Durante los últimos años hemos escuchado noticias frecuentes sobre el derretimiento de los polos, olas de calor, incremento en el nivel del mar e incluso nuevas enfermedades. Esto se debe a que las emisiones producto de nuestras actividades cada vez más deterioran la capa de ozono, durante años expertos nos han alertado pero el sistema capitalista en el que estamos inmersos nos impide entender ya que nos ha preocupado más el lucro económico ignorando el peso ambiental y social que tienen nuestras actividades. Pero esto debe cambiar, ya que si no hacemos nada, nos quedaremos sin planeta y sin vida, es por esto que la Fundación Evolutiva trae una propuesta para todas las industrias la cual consta de medir indicadores claves de sostenibilidad para así poder tomar acciones acertadas que permitan evolucionar hacia modelos de negocio responsables con el medio ambiente y con justicia social. Esto es posible si se integra la data, con el análisis y se crean estrategias que permitan alcanzar indicadores altos en los ejes ambiental, social y económico. Siendo esto una inversión al negocio, la cual se verá reflejada en costos de operación, reputación de marca y calidad de vida. La inversión verde es muy rentable y debe convertirse en uno de los principales pilares de las organizaciones, ya que hoy los consumidores son muy conscientes a la hora de elegir productos y servicios, a su vez las regulaciones estatales cada vez serán más estrictas, ya que el trabajo por el planeta debe ser conjunto, desde las empresas más pequeñas hasta las más grandes deben sentir cercano el término de sostenibilidad y saber que lograrlo no es dificil, solo se trata de ser responsables e incluso ser agentes transformadores del cambio que inspiran a todos sus grupos de interés a crear un futuro sostenible para todos.
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Por Psi. Daniela Monroy Montoya, Directora ejecutiva de la Fundación Evolutiva. Por increíble que parezca, las sensaciones que son capaces de transmitir los colores producen reacciones emocionales y estados de ánimo; la psicología del color permite a las personas relacionarse directamente con los colores, produciendo una identificación en su relación cotidiana, en el compartir con su entorno, en las elecciones y en cómo se proyecta cada individuo. Analizando desde una perspectiva más amplia, podemos encontrar en un color controversial, como lo es el verde, una diversidad de simbolismo e impacto, a diferencia de colores como el amarillo, naranja y rojo o el azul, añil o violeta, que claramente se encuentran catalogados y su definición según la psicología es contundente; el verde por su parte, es considerado como intermedio, pues en primer lugar podríamos relacionarlo como detonante de frescura, tranquilidad, energía y vitalidad, pero al mismo tiempo como la representación de aquello lo tóxico, enfermizo, químico o sucio ¡Abismal su descripción! Trascendiendo aún más en su significado, nos encontramos que comúnmente es reconocido como la representación de la naturaleza, de lo más puro, de un constante renacer. Sin embargo, nos sorprendería conocer como cantidad de marcas y productos “verdes”, no son tan ecológicos como dicen serlo, pues aun cuando su pintura es de este color, se desconoce que obtener el mismo conlleva a la no realización de prácticas amigables con el medio ambiente, pues en muchas ocasiones se utilizan procesos bastante agresivos, ecológicamente hablando. Los pigmentos de color verde contienen una gran variedad de elementos altamente contaminantes ¿Y a ello se reconoce como sostenible? En una sociedad consumista que pretende estar a la vanguardia, es común encontrar el engaño verde o aquello conocido como greenwashing, vendiendo productos “ecológicos o sostenibles”, usando las bondades de lo que puede simbolizar un solo color. Es más, incluso desde su posición histórica, los billetes de los Estados Unidos son un claro ejemplo de ello, pues no solo es un pigmento que es considerado resiste ante cambios químicos y físicos, sino que tradicionalmente en el inconsciente colectivo, se encuentra estrechamente relacionado con la economía, la grandiosidad y la estabilidad. Sin lugar a duda, existe ambivalencia en el significado del color verde, pero cual sea la connotación de este, siempre se encontrarán las emociones más profundas e intensas en el mismo, pues como lo afirmaba el escritor Español Pedro Calderón de la Barca, “el verde es el color principal del mundo, y a partir del cual surge su hermosura”. Allí parte entonces, la responsabilidad de todos para que su implementación sea ética y consciente, no una cuestión de simple asociación y conductismo para representar prácticas socialmente ambientales o crecimiento económico.
Por: Emelly Castro Carvajal Líder de mercadeo Fundación Evolutiva Desde el marketing nos movilizamos por las tendencias de los consumidores al elegir nuestros productos o servicios, ya que nuestra misión es ganar su corazón y crear respuestas perdurables que pongan nuestra marca en el “top of heart”. Durante la última década y especialmente en las nuevas generaciones ha ocurrido un fenómeno naciente de la conciencia y es la exigencia de un movimiento representado por los “Lohas” personas que exigen marcas sostenibles, que sean respetuosas con el planeta y las personas. Pero si nos preguntamos esto por que ha ocurrido, ¿por que nuestros niños ya van a casa a enseñarle a sus padres sobre cómo reciclar, o cómo sembrar plantas?.la respuesta la encontramos de inmediato. Como docente de innovación a la hora de plantear la ejecución de nuevos proyectos, quedó impactada de que todos están alineados al cuidado ambiental, nuestros niños y jóvenes hoy se preocupan por el futuro que les espera, están rediseñando el sistema con ideas innovadoras que nacen desde la misma naturaleza buscando preservar y cuidar de ella. Entonces como empresas este es un llamado a repensarnos, ya que esto no es una opción es una necesidad que si no atendemos, no solo vamos afectar el planeta, sino que también nuestros clientes desaparecerán ya que los niños y jóvenes conscientes son los que a la hora de elegir preferirían marcas verdes. ¿Cómo ser una marca verde?
Este concepto en su nacimiento ha estado permeado por el Greenwashing, siendo esto un factor de desconfianza que hace que los consumidores sean más exigentes a la hora de informarse. El greenwashing lamentablemente es un a técnica utilizada en el desespero de algunas empresas por ganar participación en el mercado de forma fácil y rápida, para esto mencionan acciones dentro de sus campañas de publicidad que son engañosas. Contextualizando sobre este concepto, ya no es opción simplemente decir que somos marcas verdes, realmente debemos actuar con coherencia y transparencia, convirtiendo las acciones por el planeta y las personas no como un indicador sino como una misión que permita crear un futuro para todos. Para esto desde la Fundación Evolutiva te recomiendo:
La inversión verde, es un concepto que ya está tomando relevancia, entrar hacer parte de este nueva filosofía es muy fácil y no requiere de grandes sumas de dinero, lo importante es ser consciente de que es una responsabilidad que trae beneficios desde todos los puntos de vista, ¡que esperas! el tiempo corre y nuestro planeta no da espera. Haz clic aquí para editar. Por Psi. Daniela Monroy Montoya, Directora ejecutiva de la Fundación Evolutiva. La cuarta revolución industrial adopta modelos innovadores que permiten la conciencia voluntaria de problemáticas del mundo moderno, lo cual posibilita la consideración de la sostenibilidad como fin último y la exigencia a las estructuras organizacionales de una reflexión sobre los cambios de gobernanza. Así, este momento histórico a nivel global debe traer como consecuencia la creación de valor social y ambiental, para generar armonía entre lo ambiental, lo económico y lo social. Sin lugar a duda, el mundo nos está facturando, pues la desigualdad no solo la padecen los más de 1300 millones de seres humanos de la población mundial que viven en pobreza extrema, sino también nuestra madre tierra, que reclama el cuidado de todos. Nuestro planeta se está destruyendo, debido a las prácticas desbordadas e irresponsables que producen las industrias, el uso desmedido de electrodomésticos, las emisiones producidas por el transporte y la movilidad y demás bienes de gran impacto mundial. Lo que sucede hoy en día es un claro llamado de atención a la humanidad para proteger nuestro medio ambiente, y repensar prácticas y estructuras que traigan consigo un impacto positivo en todas las dimensiones ecológicas y humanas. En esa medida, las altas direcciones de talento humano en las organizaciones modernas deben alinear su estrategia a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y no solo garantizar la generación económica, sino crecer a la par del valor social y ambiental. A su vez, estas entidades tienen la responsabilidad de establecer como una “mega” las buenas prácticas que conducen al desarrollo sostenible.
Así mismo, la buena gobernanza en las organizaciones posibilita que el cuidado de los colaboradores y los clientes se convierta en un pilar fundamental, lo cual, a su vez, genera atracción y fidelidad en sus públicos y una responsabilidad ambiental en los procesos de producción. Esto es posible siempre y cuando se cuente con líderes que propicien la armonización del contexto ante realidades sociales y busquen una responsabilidad social real y no el uso reductivo de este término que se ha instaurado en las organizaciones. De ese modo, con la sostenibilidad como eje trasversal de las organizaciones, se podría asegurar, incluso, las inversiones financieras responsables y prever eventuales crisis económicas. En concordancia, la reconciliación con el medio ambiente favorece el cumplimiento de metas organizacionales y personales, en donde la innovación y el emprendimiento juegan un papel fundamental en la reputación empresarial y en el desarrollo del capital humano y de las nuevas estrategias de comunicación. De no hacerlo, fácilmente se perdería el potencial adquirido, sin importar la trayectoria de la organización. |